La experiencia individual es tan compleja y contradictoria
que no se puede explicar.
Para estudiar al hombre hay que hacerlo a través de su vida
política y social y desarrollar una teoría del Estado, porque en la naturaleza
del Estado se encuentra inscripta la naturaleza del hombre.
Sin embargo, el Estado es un sistema de organización social
tardío en el proceso de civilización y no es todo, porque no puede expresar
todas las demás actividades del hombre, y antes del Estado hubo otras formas de
orden social que están contenidas en el leguaje, el mito, la religión y el
arte.
La frase mas conocida de este autor es “El hombre es malo
por naturaleza”. Nicolás Maquiavelo, la imprime en la historia de la Filosofía
y de la Ética, en su libro “El Príncipe”. Este autor de origen italiano, dedico
esta obra en 1513 a los Médici, que en esa época eran una familia de mucha
influencia en Florencia debido a que aportaron tres papas, numerosos dirigentes
y ayudaron al ascenso del Renacimiento.
El origen de esta frase se da de acuerdo al pensamiento de
Maquiavelo con respecto a las diferentes formas en que una persona puede
obtener poder, la principal: manipulando a todo aquel que lo permita; lo que me
lleva a pensar en que tanto hay de verdad en esa frase; de acuerdo a su libro,
todas las personas eligen tomar el camino y los recursos necesarios para conseguir
lo que se desea, desde cosas materiales hasta el tan anhelado poder sobre los
demás, y que a mi parecer este último es el más socorrido. La mayoría de los
seres humanos buscamos que nos reconozcan por las cosas que hacemos bien, pero
en históricamente y hasta el día de hoy, se reconoce mas cuando se actúa de
manera equivocada y lo primero que sucede es una reprimenda que en algunos
casos es dada a conocer a los demás compañeros de trabajo. Pero, ¿cuál es el
objetivo?, muy simple, a los que están por arriba de nosotros no les vasta con
que se reconozca que hubo un error sino también demuestran su poder ante los
demás exhibiendo al que se equivoco según ellos, para que no lo vuelva hacer,
entonces por consiguiente los demás pensaran que será mejor no cometer errores
por el temor a ser exhibidos.
La frase “el hombre es bueno por naturaleza”
es una afirmación autoría del eminente escritor e intelectual del periodo de la
Ilustración Jean-Jacques Rousseau en su novela Emilio o de la educación,
publicada en 1762.
En esta novela, donde Rousseau expone sus teorías de la
educación que tanto influirían posteriormente en el desarrollo de la pedagogía
moderna, se explica que el ser humano está orientado
naturalmente para el bien, pues el hombre nace bueno y libre,
pero la educación tradicional oprime y destruye esa naturaleza y la sociedad
acaba por corromperlo.
Recordemos, también, que Rousseau se apoyaba en la tesis
del buen salvaje, según la cual el ser humano, en su estado
natural, original y primitivo, es bueno y cándido, pero la vida social y
cultural, con sus males y sus vicios, lo pervierten, llevándolo al desorden
físico y moral. De ahí que considerase que el hombre en su estado primitivo
fuese superior moralmente hablando al hombre civilizado.
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